Entonces, pocos se imaginaban que Fernando Martín jamás se volvería a enfundar la camiseta del club, tampoco ninguna otra. Siendo, efectivamente, vergonzoso y humillante, lo más curioso de lo sucedido en el partido ante el Eintracht es que, en lugar de pensar por qué tantos culés decidieron vender sus abonos a aficionados del equipo rival, ahora resulta que los dirigentes del FC Barcelona han decidido no permitir entrar al Camp Nou a aficionados rivales con camisetas, bufandas o banderas de su equipo.
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